martes, 30 de septiembre de 2008

Nuestros últimos días. Y luego la autopsia.

"...And we dont know just where our bones will rest to dust... I guess forgotten and absorbed into the earth below..."
1979, The Smashing Pumpkins


Mi profesión de médico me ha permitido vivir el contraste entre la alegría de la salud y el dolor de la enfermedad; ver cómo nace un nuevo ser y minutos después ver a alguien morir. Como cualquier otro médico lo he visto cientos de veces. Sin embargo pocas veces nos ponemos a reflexionar sobre ello, pues muchas razones te orillan a que de alguna manera lo hagas a un lado y sigas tu camino sin detenerte a pensar en ello. Muchos satanizan (¡perdón, Satán!) éste comportamiento en los profesionales de la salud, etiquetándonos como "fríos" o "insensibles". BAH... bueno, eso es otro tema.

El chiste de todo esto, es que hace unos días llegó una persona a la Terapia Intensiva que (como casi todos) estaba mucho más cercano a ser cadáver que vivo. Sólo que en él específicamente ya no había absolutamente nada más qué hacer.
Llegó a su cama asignada, conectado a mangueras por todas partes, dosis máximas de todo lo que requería, en fin... era el fin del camino. Nada, absolutamente nada que hacer mas que esperar su muerte.

Entonces, viendo el monitor que señalaba sus latidos por minuto, me llamó mucho la atención que la cifra disminuía como cuenta regresiva, de uno en uno, segundo a segundo... 24...23...22...21... estaba presenciando sus últimos instantes. Súbitamente me di cuenta que yo, una persona ajena a su vida, un extraño, estaba ahí, observando cómo su vida se apagaba. ¿una persona desconocida me observará morir?¿Cómo y cuándo será mi muerte? ¿quién observará mis últimos instantes? ¿habrá nacido ya esa persona?...3...2...1... beeeeeppp... fin

Al día siguiente fue la autopsia. Bajamos a patología y ahí se presentó el caso, se mostraron los órganos, el análisis, las conclusiones. Cuando escuché al patólogo ordenarle a su residente "¡ya pon el cerebro en su cubeta y los demás órganos en sus recipientes!" inmediatamente vino a mí la frase de la canción 1979 de los Smashing Pumpkins que está escrita al principio de este relato. Nadie sabe (a menos que seas un suicida metódico o emo planificador) cómo o dónde dónde irán a terminar sus restos. Wow, ¿el señor se habrá imaginado alguna vez que su cuerpo terminaría en pedazos repartidos en cubetas después de que un grupo de personas analizó sus entrañas? Cuesta trabajo pensar que ésos órganos alguna vez funcionaron en conjunto y tenían movimiento, energía, incluso generaron otras vidas. ¿Dónde acabaré?

¿Alguna vez has pensado en ello? ¿qué opinas?

Aquí les dejo las imágenes.

OJO: EL MORBO NO ESTÁ EN NINGUNA IMÁGEN, EL MORBO ESTÁ EN CÓMO LA MIRA QUIEN LA MIRA


EL FAMOSO CEREBRO EN SU CUBETA. CUESTA TRABAJO CREER QUE ALGUNA VEZ ESO TUVO MEMORIAS, PENSAMIENTOS, IMÁGENES...ERA UNA PERSONA


EL CORAZÓN EN REBANADAS. HIPERTROFIA VENTRICULAR IZQUIERDA CONCÉNTRICA.


LA LENGUA CON LA QUE ALGUNA VEZ HABLÓ EL SEÑOR (QUÉDENSE CON ESO, NO SE PREGUNTEN QUÉ MAS HIZO CON ELLA JAJA)


...Y EL SEÑOR (CUYA IDENTIDAD NO MENCIONO NI MUESTRO POR OBVIAS RAZONES)

domingo, 7 de septiembre de 2008

Como siempre, perdiendo mi escaso tiempo libre en la red, me encontré con este video de un documental transmitido en el Discovery Chales de la serie Miracle Earth, en el que se muestra una simulación del choque de un asteroide contra la tierra. Y como Bruce Willis ya está viejo, no puede salvarnos por segunda ocasión.

Afortunadamente esta destrucción masiva se encuentra bellamente musicalizada por Pink Floyd, así no importa morir quemado.